La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anunció la reducción en 25 puntos base del objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, situándola en 7.50%. Esta medida entrará en vigor a partir del 26 de septiembre de 2025 y forma parte de la estrategia de política monetaria orientada a mantener la estabilidad macroeconómica y controlar la inflación.
La decisión se produce en un contexto de desaceleración en el crecimiento económico mundial y de una tendencia a la baja en las presiones inflacionarias internas. Históricamente, Banxico ha utilizado el ajuste de tasas como herramienta principal para balancear el crecimiento económico y la estabilidad de precios, evitando así distorsiones abruptas en los mercados financieros.
La reducción de la tasa de interés busca incentivar el crédito y la inversión privada, pilares fundamentales para el desarrollo económico sostenible. Al abaratar el costo del financiamiento, se espera un impulso en la actividad empresarial, la generación de empleo y el fortalecimiento del consumo, motores esenciales para la economía mexicana. Cabe recordar que los ciclos de disminución de tasas, cuando son prudentes, han sido aliados de la iniciativa privada y del sector productivo, permitiendo dinamizar la economía sin comprometer la solidez monetaria.
Sin embargo, es crucial mantener la disciplina fiscal y evitar tentaciones intervencionistas que, bajo el pretexto de estimular el crecimiento, puedan poner en riesgo la estabilidad macroeconómica lograda en las últimas décadas. El respeto a la autonomía del Banco de México y a los principios de libre empresa y propiedad privada han permitido al país sortear crisis financieras y mantener la confianza de los inversionistas.
La medida de Banxico, por tanto, debe ser interpretada como un estímulo controlado para la economía, que requiere del acompañamiento de políticas responsables en materia de gasto público y regulación. El equilibrio entre crecimiento y orden, con un Estado que garantice condiciones propicias para la inversión pero sin obstaculizar la libre iniciativa, es la fórmula probada para el progreso sostenido.
			        	
			        
